Visita al Vilma Curling ( Buen Pastor )
Muchas de ellas son mujeres maravillosas que están presas, embaucadas por sus compañeros, sólo para dar de comer a sus hijos; hay unas que bailan música folklórica costarricense de forma encantadora. Las he visto.
Pero hay otras, me advirtieron, que “le faltan el respeto a los hombres” y, como en un club nocturno, piden que les muestren por lo menos las piernas.
Hace muchísmos años, en mis años mozos, el día que me correspondió atender un caso en la cárcel de mujeres , resolví no ir muy talladito de ropa para no provocar los malos pensamientos de las chicas.
Escalé decidido a la primera pasarela de mi carrera, cuando de pronto una de las chicas detrás de las barras me gritó " uy papito usted está paco ... y pavio ... "
Y eso que lo hice sin haber ensayar un poquito el “catwalk”.
Ninguna ofensa personal o pachucada tiene licencia sobre la apariencia físca de mujeres y hombres, pero hay raros casos en los cuales eso no importa, como una especie de estado de justificación para proteger otro bien superior.
Si con esta grito, ella logró salir de su fastidiosa rutina y sobre todo, descargar toda su frustración, me siento más que satisfecho.