Tolerancia
Christiania es su nombre y fue fundado por los hippies en 1971.
Con reglas distintas a las del resto del país, es un vecindario ubicado en el corazón de Copenhague, Dinamarca. Es un conjunto de viejos edificios restaurados donde viven unas 650 personas, 200 de ellas son niños.
La consigna es la autoadministración de la vida individual y colectiva, con un mínimo de consenso, pero nada es impuesto por la fuerza.
Es además un paraíso de venta y consumo de drogas blandas, un fuero para el hachís y la marihuana tolerado por las autoridades danesas. El sitio tiene algunos parques, tiendas y un mercadito interesante donde el consumidor adquiere las ramitas para prepararse sus puros. En uno de esos parquecitos se coloca un mensaje que dice: “diga no a la drogas duras”. Las familias recorren el sitio con sus hijos y todos se comportaban con normalidad.
Nada que ver con un turno de borrachos y pachucos con birra en mano de Costa Rica.
A pesar de que el gobierno danés tolera lo que ocurre en el vecindario, el sitio se encuentra amenazado de cierre por cuanto no se ha podido llegar a un feliz acuerdo con las autoridades, sobre todo porque Christiania quiere la independencia del Estado danés.
No hay fotos, es prohibido, pero mi buen amigo Rolando Castro puede dar fe de que -cómo en el museo- vimos pero no tocamos.