La moraleja de la tortuga Terrapín
El pillo no es pillo por naturaleza, lo es por necesidad, dice por ahí la moraleja del cuento de la tortuga Terrapín.
¿Cómo logró esta tortuga ganarle a la liebre en una carrera evidentemente injusta por la natural ventaja de la velocidad que tiene la liebre?
Terrapín, ante esta injusticia, llamó a todos sus familiares, igualitos todos entre si y los dispuso en distintos puntos del camino, de modo tal que la liebre nunca logró distinguir la diferencia. Esta fue la única salida que le quedó a la tortuga para llegar a la meta.
Ejemplos como estos han miles en los libros de historia. Esta el caso de la lucha por los derechos civiles de la población afrodescendiente en los Estados Unidos en la década los años sesenta.
Esto es lo que le queda a mucha gente para gritar que existen y que sus derechos son violentados.
Cuando estas personas actuan de este modo, quedan tristemente señalados como “desagradables” , entre otro tipo de despreciables títulos, por parte de la opinión pública.
Hacer trampa es lo que resta luego de intentar hacer valer sus derechos por las vías democráticas y legales, sin ningún resultado por parte de quienes les niegan esos derechos
De todos modos no tienen nada que perder.
¿Que no es justo?, tampoco lo es negarle sus derechos y su dignidad.
El pillo no es pillo por naturaleza, lo es por necesidad, dice por ahí la moraleja del cuento de la tortuga Terrapín.
¿Cómo logró esta tortuga ganarle a la liebre en una carrera evidentemente injusta por la natural ventaja de la velocidad que tiene la liebre?
Terrapín, ante esta injusticia, llamó a todos sus familiares, igualitos todos entre si y los dispuso en distintos puntos del camino, de modo tal que la liebre nunca logró distinguir la diferencia. Esta fue la única salida que le quedó a la tortuga para llegar a la meta.
Ejemplos como estos han miles en los libros de historia. Esta el caso de la lucha por los derechos civiles de la población afrodescendiente en los Estados Unidos en la década los años sesenta.
Esto es lo que le queda a mucha gente para gritar que existen y que sus derechos son violentados.
Cuando estas personas actuan de este modo, quedan tristemente señalados como “desagradables” , entre otro tipo de despreciables títulos, por parte de la opinión pública.
Hacer trampa es lo que resta luego de intentar hacer valer sus derechos por las vías democráticas y legales, sin ningún resultado por parte de quienes les niegan esos derechos
De todos modos no tienen nada que perder.
¿Que no es justo?, tampoco lo es negarle sus derechos y su dignidad.