Los sermones del paternalismo

Este país sigue dando buen material para desempolvar edictos medievales
Con buen tino, Chistian Gómez en La Nación nos trae otro de esos paradigmas que se resisten a cambiar y, que por el contrario parecen fortalecerse por medio del poder formal.
Para la Sala Constitucional y para los grupos que se oponen a la guías sexuales, la gestión del cuerpo, de la sexualidad, de la vida y de la muerte, sigue siendo vedada al individuo, como fue durante siglos y siglos medievales, quedando a cargo de personas supuestamente cualificadas como los médicos, los gobernantes, los sacerdotes, los jueces, y los padres de familia, los destinos del cuerpo y de la vida.
A esto se llama Paternalismo, que parte del error de negar a las personas como individuos autónomos la posibilidad de tomar las decisiones sobre su cuerpo y su vida.
Si fuera cierto que la patria potestad es el colador para que los chicos menores de edad reciban educación sexual ¿por qué motivo no lo es cuando eligen una profesión?
Para superar este eslabón vertical y tiránico que aun asecha, es necesario trasladar la decisión a las personas para que sean responsables de sus propios actos. Para ello es necesario la información y luego la educación. Las decisiones deben ser conjuntas. Los padres pueden orientar y apoyar la última decisión que adopte el joven.
Quedan a salvo, por supuesto, los casos de la libertad religiosa y objeción de conciencia, que deben ser demostrados claro está, pero que lamentablemente terminan siendo una injusta evasiva para exponerse a si mismos a los riesgos de la vida y hacerlo con los demás.
¿Alguna vez ha visto a una chica de 14 años en una clínica de la CCSS aterrada porque su padre la va a matar si descubre que ha quedado embarazada?
Yo si. En San Isidro del General. Es desgarrador.