Even better than the real thing
Esto fue lo que sucedió hace no mucho en una de mis travesuras por Europa. Justo al final de una reunión en la Universidad de Hannover, Alemania, me detuve en Ámsterdam por dos días para hacer realidad un sueño del rock.
Fue el día 20 de julio del 2009 cuando ensayé por la mañana el plan de regreso por Metro desde el estadio hacia el hostal.
Luego de estar seguro de que llevaba todo lo que ocupaba en mi mochila, todo menos la cámara y, aun sabiendo que mi asiento estaba asegurado y que nadie, absolutamente nadie, me quitaría mi lugar en frente de esa majestuoso escenario de 360 grados, como todo un novato en eventos de esta magnitud, decidí formar la fila tres horas antes del concierto en las afueras del Ámsterdam Arena, en medio de un millar de fans todos con sus camisetas de la banda.
Cuando abrieron las puertas, entré despavorido.
Después de saciar mi sed con un buen par de cervezas, iniciando con Snow Patrol como talonero, Bono salió al frente del público con Breathe. Pasando por No Line On The Horizon, Get On Your Boots, Magnificent, Beautiful Day, Angel Of Harlem que fue dedicada a Michael Jackson, luego The Unforgettable Fire, City Of Blinding Lights, Vertigo, Where The Streets Have No Name y One, entre otras muchas más.
En medio de este éxtasis, los astronautas de la Estación Espacial Internacional nos saludaron en vivo a todos los fans del Arena mostrando a la cámara un letrero que decía: “The future needs a big kiss”.
Luego, de repente acompañada de un espectacular juego de efectos especiales, la banda toca I'll Go Crazy If I Don't Go Crazy Tonight.
Ya era demasiado.
A mi lado se ubicó un grupo de holandeses. Uno de ellos me preguntó de dónde venía.
Sorprendido cuando le dije que venía de Costa Rica, me preguntó: ¿Atravesó el océano para ver a U2? , “Si amigo, hago esto todo el tiempo” Le dije.
Fue incluso mejor que la realidad.