Salud Pública
Un profesor de mi maestría en Salud Pública en España exponía en sus clases que este “bienestar físico, mental y social” al que hace referencia la OMS al definir a la salud es utópico porque ni con el orgasmo se consigue este bienestar … en aquellos que lo logran, por supuesto.
En todo caso, esta definición coloca a la salud en términos positivos e innovadores introduciendo otros determinantes, pero tiene muchos aspectos negativos e incluso criticables, como ya vimos.
Por otra parte, la Salud Pública es el estudio de los determinantes de la salud que van desde biológicos, hereditarios, personales, familiares, sociales, ambientales, alimenticios, económicos, laborales, culturales, de valores, educativos, religiosos hasta los sanitarios.
En razón de lo anterior, la Salud Pública no es una rama de la Medicina. Por el contrario, la Medicina es una rama de la Salud Pública. Las tomografías computarizadas, las operaciones quirúrgicas de corazón abierto, los tratamientos con hormonas, las visualizaciones utilizando fibras ópticas son todos grandes logros de la medicina, pero no son suficientes para la salud pública.
El estudio y el aporte de los médicos a la salud de las poblaciones es realmente solo una parte en relación con todo lo que contribuimos en estudio y práctica, los salubristas, los abogados, los periodistas, la enfermeras, los trabajadores sociales, los farmacéuticos, los asistentes de pacientes, los epidemiólogos, los investigadores, los veterinarios, los economistas, las trabajadoras domésticas, los maestros, los policías, los jueces, los ingenieros, los nutricionistas, los gobernantes, los cómicos, los músicos, los poetas, los choferes, las amas de casa, los promotores sociales, los religiosos, las personas que recogen la basura, los que se dedican a recoger las llantas de los ríos, los que dan charlas sobre cómo prevenir enfermedades, y sobre todo usted, que al usar de forma racional el agua todos los días, al reciclar desechos, al hacer ejercicio, al comer adecuadamente, al beber licor con moderación, al dar cariño a los niños, al ofrecer oportunidades a los necesitados y, al no fumar, entre otra centena de conductas sanas, está haciendo Salud Pública.
Si bien, hay que estudiar de uno a dos años para ser salubrista, además de su constante actualización, en realidad como la salud es un producto social, los aportes a la Salud Pública no vienen por lo que usted es, sino por lo que hace.
Por si quedare alguna duda, la epidemia de cólera en Londres en 1854 se erradicó solo reparando la bomba de distribución del agua que consumían los londinenses.