Plazas de toros
No soy taurino, pero conozco algunas plazas de toros.
De niño me llevaron a Zapote, por dicha aquí los toros son los que tienen el control y aquello más bien es una fiesta.
En España hay tres que son relevantes que paso a relatar.
La primera y más antigua, según parece, que está situada en Ronda, Málaga, ciudad que en realidad es más impresionante que la plaza misma por haber sido construida en la cima de un tajo y dividida por un enorme cañón.
Luego en Barcelona, la Plaza Monumental cerrada para actividades taurinas en el 2010, pero ya llevaba rato de no hacer corridas, por eso llamó mi atención ¡Felicidades a los catalanes!
Finalmente la Plaza de Toros de las Ventas en Madrid. He estado ahí dos veces.
Voy a empezar por la segunda, la penosa, que ocurrió al final de mi maestría en 1999. Una corrida de toros que fue un regalo que nos hizo un amigo español y que no podíamos rechazar. Una noche de marcha en Huertas y una buena resaca a la mañana siguiente hubiera sido preferible. Fue dantesco, no sé cómo les puede gustar.
Pero… la primera vez, esa fue la mejor de todas. La lluviosa noche del 17 de setiembre de 1992 cuando Ana Torroja de Mecano, con su concierto de despedida, me dedicó “Aire”.