Gotitas de mercurio
La creamos en 1988 y fue la primer y única fundación que dio, por muchos años, apoyo a las personas que viven con VIH y sus familiares.
Tuvimos la sabiduría de ser universales, cosmopolitas y pluriculturales. Aceptamos y formamos a mucha gente: ricos y pobres, profesionales y analfabetas, mecánicos y costureras, monjas y ateos, heterosexuales y homosexuales. Los empoderamos y los preparamos para atender pacientes y para dar respuestas asertivas a la pandemia del Sida.
La fundación Vida desapareció por completo hace pocos años, pero hoy existe una veintena de organizaciones no gubernamentales que salieron de nuestro seno. Todas conviven relativamente de forma armónica.
Cuando las veo trabajar intensamente advierto pequeñas gotitas de mercurio esparcidas por todos lados con un efecto refractario troncal.
¿No es esto acaso lo que deberían hacer los padres con sus hijos o, una nación y unos líderes con su pueblo?