¡Bomba!
Reunido en la Universidad de Deusto en el País Vasco con otros abogados mientras discutíamos un proyecto de libro sobre Derecho Médico, de pronto escuché un fuerte estallido como de fiesta de “turno” costarricense.
Nadie dijo nada, seguimos trabajando.
Por la noche nos lo contaron las noticias: un artefacto etarra explotó cerca de la universidad.
Prefiero las bombas guanacastecas, esas que con rima y risa cuentan una leyenda popular.