Prosopopeyas caninas
-¿Sabe usted quién soy?- Dijo el pitbull mal encarado y con desafiante tono.
-¡Disculpe usted! - repondió el policía.
Prosopopeya se llama la figura retórica de atribuir cualidades humanas a los animales. Todos conocemos a Goofy cuando se monta en carro. Pero ¿resocializar un perro?
El caso de Max, el pobre zaguate que atacó a un niño, y que por ello fue condenado e indultado a morir invita a reflexionar sobre dos cuestiones interesantes, al menos para mí, que no tengo perros, los tuve, pero si he leído algo sobre ellos.
El mito del pitbull como único animal peligroso es lo primero.
El mito de que los pitbull son animales para matar es una más de las generalizaciones del ser humano. Algunos estudios revelan que mientras el pitbull puede ser un verdadero amigo de los niños otras razas como pastores alemanes, chow chow, híbridos de perro lobo, huskies y san bernardos han sido responsables de fuertes agresiones y muerte a varias personas en los Estados Unidos en los últimos años.
Isabelle Dinoir en Francia es la primera mujer que ha recibido un trasplante de cara. Aunque las circunstancias no están claras, ella fue mutilada por su propio labrador.
Prosopopeya delictiva. En muchos de los casos se trata -por supuesto- de perros entrenados para atacar, pero en la mayoría de los supuestos, se ha encontrado como responsable a la siempre presente y nunca superada negligencia humana: perros abandonados, salvajemente tratados, en condiciones indignas para un animal.
Sobre todo, el perro es el único animal capaz de aprender los movimientos del ser humano y hacer lo que se le ordena. Dicho de otro modo, para que nos quede bien claro, nosotros le damos el ejemplo.
Con esta noticia, la prensa- responsable de formar y deformar la realidad- se encarga, sin quererlo, de traer otro mensaje: los zaguates también son peligrosos.
Lo única que ciertamente parece invariable, es que solo los pobres van a la cárcel. Sentado la jurisprudencia del zaguate, veremos si los pitbull y otros razas más cliché atraviesan la misma suerte.
Lo segundo. Prosopopeya rehabilitaría.
Varias teorías de sociología delictiva como la de Zaffaroni con fuerte vigencia destacan aun la fantasía de la resocialización del delincuente. Abandonados, salvajemente tratados, en condiciones indignas y sin oportunidades, muchos no conocen otra cosa que agredir y matar.
Pero, ¿podría un perro ser resocializado? Interesante experimento. ¿Hay antecedentes? Tal parece que si es posible. Basta un con un poco de amor, disciplina y ejercicio. Suena familiar, ¿verdad?
En cualquier caso, hay que decirlo una vez más. Las culpas están repartidas. Los perros solo son nuestro retrato.
-¿Sabe usted quién soy?- Dijo el pitbull mal encarado y con desafiante tono.
-¡Disculpe usted! - repondió el policía.
Prosopopeya se llama la figura retórica de atribuir cualidades humanas a los animales. Todos conocemos a Goofy cuando se monta en carro. Pero ¿resocializar un perro?
El caso de Max, el pobre zaguate que atacó a un niño, y que por ello fue condenado e indultado a morir invita a reflexionar sobre dos cuestiones interesantes, al menos para mí, que no tengo perros, los tuve, pero si he leído algo sobre ellos.
El mito del pitbull como único animal peligroso es lo primero.
El mito de que los pitbull son animales para matar es una más de las generalizaciones del ser humano. Algunos estudios revelan que mientras el pitbull puede ser un verdadero amigo de los niños otras razas como pastores alemanes, chow chow, híbridos de perro lobo, huskies y san bernardos han sido responsables de fuertes agresiones y muerte a varias personas en los Estados Unidos en los últimos años.
Isabelle Dinoir en Francia es la primera mujer que ha recibido un trasplante de cara. Aunque las circunstancias no están claras, ella fue mutilada por su propio labrador.
Prosopopeya delictiva. En muchos de los casos se trata -por supuesto- de perros entrenados para atacar, pero en la mayoría de los supuestos, se ha encontrado como responsable a la siempre presente y nunca superada negligencia humana: perros abandonados, salvajemente tratados, en condiciones indignas para un animal.
Sobre todo, el perro es el único animal capaz de aprender los movimientos del ser humano y hacer lo que se le ordena. Dicho de otro modo, para que nos quede bien claro, nosotros le damos el ejemplo.
Con esta noticia, la prensa- responsable de formar y deformar la realidad- se encarga, sin quererlo, de traer otro mensaje: los zaguates también son peligrosos.
Lo única que ciertamente parece invariable, es que solo los pobres van a la cárcel. Sentado la jurisprudencia del zaguate, veremos si los pitbull y otros razas más cliché atraviesan la misma suerte.
Lo segundo. Prosopopeya rehabilitaría.
Varias teorías de sociología delictiva como la de Zaffaroni con fuerte vigencia destacan aun la fantasía de la resocialización del delincuente. Abandonados, salvajemente tratados, en condiciones indignas y sin oportunidades, muchos no conocen otra cosa que agredir y matar.
Pero, ¿podría un perro ser resocializado? Interesante experimento. ¿Hay antecedentes? Tal parece que si es posible. Basta un con un poco de amor, disciplina y ejercicio. Suena familiar, ¿verdad?
En cualquier caso, hay que decirlo una vez más. Las culpas están repartidas. Los perros solo son nuestro retrato.