Carta a un cronista
Laureado reportero de la verdad. Valiente pluma que nunca silenció.
Ha llegado el momento de la última historia. En verdad, dejas un mundo patas arriba. Esta escuela, es cierto que está al revés y no sabemos cómo serán los días siguientes.
Gracias por esos abrazos y esas palabras andantes que me acompañaron de vagabundo en más de un viaje en avión, tren y barco. Y cuando me tocó el turno de Montevideo, tuviste la genial idea de salir de casa.
El amor, la infancia, el agua, la tierra, la palabra, la imagen, la música, el éxodo, el miedo, la guerra, la indignidad, la explotación , la humillación, la indignación, el abuso de poder, el machismo pero también el ingenio, la tradición y la alegría. En realidad tus obras han sido espejos que con facilidad quebramos para no reflejarnos más.
Desde China hasta Guatemala, la verdad es que son las venas de todo el mundo las que siguen abiertas por esto, que nadie se atreva a cerrar las bocas del tiempo porque la memoria de América Latina debe seguir escribiéndose
Ha llegado el momento de la última historia. En verdad, dejas un mundo patas arriba. Esta escuela, es cierto que está al revés y no sabemos cómo serán los días siguientes.
Gracias por esos abrazos y esas palabras andantes que me acompañaron de vagabundo en más de un viaje en avión, tren y barco. Y cuando me tocó el turno de Montevideo, tuviste la genial idea de salir de casa.
El amor, la infancia, el agua, la tierra, la palabra, la imagen, la música, el éxodo, el miedo, la guerra, la indignidad, la explotación , la humillación, la indignación, el abuso de poder, el machismo pero también el ingenio, la tradición y la alegría. En realidad tus obras han sido espejos que con facilidad quebramos para no reflejarnos más.
Desde China hasta Guatemala, la verdad es que son las venas de todo el mundo las que siguen abiertas por esto, que nadie se atreva a cerrar las bocas del tiempo porque la memoria de América Latina debe seguir escribiéndose