Todo niño cuenta
¿Alguna vez le ha tocada hacer de Santa Claus?
Un día de estos, viendo con mi hija la película “La Navidad de Arthur”, vino a mi mente otro episodio de mi vida de voluntariado. De esto quizá hace unos 15 años.
La Fundación Vida siempre recibía para estas épocas navideñas cantidades industriales de regalos para los niños con VIH. Una vez, un día antes de la fiesta, me correspondió llevar en mi vehículo todos los regalos desde nuestras oficinas en San José hacia una finca ubicada en un lugar bastante lejano de la ciudad, casi de vuelta en el Polo Norte, donde al día siguiente todos estos niños abrirían sus presentes y olvidarían por unas horas su amarga realidad.
Cuando al fin terminé mi encargo cerca de media noche, llegué a casa exhausto y desfallecido para descubrir que uno de los regalos se había extraviado debajo de un asiento.
Sentí un frio calor como si una alma en pena se hubiera cruzado por mi camino, y confieso que por un cuarto de segundo me dije: - ah, qué más da-
De nuevo alguien me habló al oído. Regresé antes del amanecer a aquel lejano lugar solo para entregar ese último regalo y asegurarme que ese chico lo recibiría al día siguiente.
De nada hubiera valido el brío de hacer de Santa, si un solo chico no hubiera recibido su regalo por tropiezo de una falta de voluntad.