La mudanza de Garabito
Eran los años 70. Viajar a Jacó era un suceso.
Un tren al borde del alba desde San José hacia Orotina por esas ferrosas ruinas que hoy advertimos de pronto cuando viajamos por la carretera a Caldera. Al llegar a Orotina, un bus hacia el Rio Grande de Tárcoles, donde un ferry nos esperaba para trasladarnos al otro extremo. Jacó para entonces era una franja de arena con unas cuantas cabinas que veían la luz a punta de combustible. La playa limpia, los ríos claros, el mar repleto de especies raras.
Todo ha cambiado desde entonces y mucho, hasta los lagartos son un espectáculo, elevados apartoteles, sexo, drogas y Rock`n Roll. Incluso, hasta la temperatura de Garabito por efecto del calentamiento global debe sumar al menos medio grado más.
Pero … hay algo que no ha cambiado: las tortillas con “gallina achiotada”.
Esos deliciosos “gallos” que otrora vendían esas gordas mujeres que anegaban los pasillos del tren en cada estación, siguen siendo vendidos al margen de la carretera.