Inteligencia legislativa
El grado inteligencia de una persona es inversamente proporcional a la jactancia que haga de ella.
Y si pedir perdón es decir semejante chiste como el que se contó Justo Orozco por sus injurias contra la población homosexual del país. Chiste imposible de repetir.
Entonces encuentro bien innegable la recomendación de Oscar Arias a Rigoberta Menchú cuando en 1991 nos visitó en la Fundación Oscar Arias para la Paz, al darnos una breves, dulces y modestas palabras, sobre todo llanas y simples como si estuviera dirigiéndose a un grupo de niños escolares.
Al concluir la Nobel de la Paz, quien luego se dirigiría a la Asamblea Legislativa a ofrecer otro discurso a los diputados, don Oscar le dijo:
“Rigoberta, te sugiero no hablar tan complicado porque algunos diputados no te van a entender.”