Gato Félix

Me inauguré como abogado, hace más de 30 años, en el Centro de Atención Integral Jorge Arturo Montero Castro (La Reforma). Ahí conocí al Gato Félix, personaje de sucesos que probablemente es desconocido para las nuevas generaciones.
La primera vez que conversé con él, fue cuando perdí la hebilla de mi faja en un servicio sanitario de la etapa Mediana Abierta. Solo por el anillo de matrimonio se zambulle la mano en una letrina . Félix, como Allí Baba, me llevó a su cueva y me mostró miles de hebillas por escoger. En un minuto estrené faja.
La segunda ocasión fue cuando llegó el camión repartidor de cigarrillos.” -Licenciado, cuánto me da si abro los tres candados del cajón de los cigarros?”-me dijo el Gato. -“Nada, no se meta en problemas y no me meta a mi”- le dije, pero me retó y sacó algo de bolsillo y de pronto abrió los tres candados como truco de Houdini.
Créanlo o no, nos reuníamos a conversar. Solía relatarme historias, como cuando me contó que fue capturado de forma injusta por estar ubicado en una esquina de calle comprobando -como buen gato desde la altura- si las lecciones dadas a sus pupilos para el atraco a un banco habían sido bien aprendidas.
No volví a saber nada de él, hasta el 21 de marzo de 2023 cuando se le acabaron sus siete vidas.